lunes, 1 de octubre de 2007

Casa/Corazon

Y recuerdo estar acostada mirando algún punto fijo en el techo, observando como las columnas sujetan hasta las construcciones mas antiguas, como son capaces de soportar los golpes, los portazos, la gente que entra y sale, que salta, que grita, que llora. Me recuerda a mi corazón. ese que a veces suelen ver divagando por las calles en busca de una columna que ayude a soportar aquellos golpes en las paredes. Gente que sale y entra cuando quiere, como quiere. Que olvida despedirse, que dejan marcas, que caminan, hablan y lloran. Que cuidan y de vez en cuando en algún rincón refugian las historias mas sensatas. Los sentimientos mas profundos. Los alambres que lastiman y rayan el color sangre que pinta con textura. Las firmas tatuadas con tinta china. A veces se pudre y se cansa y siente que empieza a desmoronarse, hasta que algún día caerá y ya no podrá volver a reconstruirse. Los cimientos a veces no logran aguantar una entrada y salida mas.

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